domingo, 24 de abril de 2011

Tengo miedo de vivir sin volver a escuchar cómo suena un te quiero.

- Hace frío, es invierno, ¿te vas quedar en la terraza?
- Sí, prefiero quedarme aquí, mirando las estrellas, como hice tantas veces de pequeña, y sigo haciendo.
-Y, ¿qué piensas?
- En lo rápido que pasa el tiempo. Hace unos años, me sentaba en fechas parecidas a estas para ver la estrella de los reyes magos, ilusionado por ver si dos días antes ya veía movimientos extraños de la magia que hacían que mi silla apareciese llena de regalos. Y mírame ahora, ni reyes magos, ni magia ni nada. Sólo pienso en él. En que por mucho que pasen los años, me tendrás en la misma posición, sentada con las rodillas dobladas hacia el pecho, y la mirada arriba, perdida, imaginando que le tengo a mi lado, que huelo su colonia cuando se mueve el viento, o que simplemente le escuche respirar a mi lado. Pero nunca nada de eso pasará, yo estaré aquí, con la canción de siempre, y él, no sé donde, pero que esté donde esté, sea feliz.
- ¿Y si no lo es?
- Me muero.

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